Y, curiosamente, esos tiempos mejores llegaron con Informaciones. Estando trabajando allí, donde triunfaba Forges, leí una noticia sobre que se estaba preparando la salida de un nuevo periódico liberal-progresista, que se iba a llamar El País. En el proyecto andaba una serie de personalidades entonces muy influyentes,
, entre ellos Fraga, que estaba casi saliendo de la embajada en Londres y se movía muy activo en la política. Curiosamente tuve una intuición de esas que pocas veces te llegan, pero que esta vez fue buena, y me dije: “¿Un diario liberal-progresista?... ¡Ese es mi periódico!”.

Claro que entonces todavía yo era un “currito” que leía Hermano Lobo y el Informaciones, pero me convencí de que para poder salir en ese nuevo periódico, tenía que tener oficio y darme a conocer...

Me dirigí a un periodista, el único que conocía y era amigo, que se llamaba Heriberto Quesada, que estaba empezando con Ciudadano.
 también a Martínez Soler, que estaba en Cambio 16. Quesada le llevó unas caricaturas mías a Martínez Soler, de las que yo hacía para tener oficio, pues yo estaba ya con la mosca tras la oreja... Seguía empeñado en que antes de salir en El País tenía que publicar en el Informaciones, que era el periódico que más me iba. Martínez Soler llamó a Eduardo Barrenechea, que enseñó las caricaturas a Juan Luis Cebrián, que se las enseñó a Jesús de la Serna, y un jueves me miraron las caricaturas y un sábado-domingo ya estaban publicadas y yo en la casa, en el periódico. O sea, que tardaron tres días en cogerme.

La primera entrevista como dibujante me la hizo María Antonia Iglesias y en ella decía que yo peinaba raya-calva al medio. Publica­ ba en internacional, porque Forges lo llevaba todo.

En aquella época estaban en pleno vigor dos revistas punteras de información general que eran Triunfo y Cuadernos para el Diálogo. Las dos me influyeron mucho, porque en Triunfo salía un dibujante argentino-italiano que se llamaba Copi y que hacía una señora que hablaba con una gallina, que era una preciosidad. Y también veía por allí, aunque no sé si allí o en otra parte, dibujos de Mordillo, que me gustaban mucho. También dibujaba en Triunfo el gran dibujante americano Feiffer.Y eso me influyó.

 bueno, en Cuadernos para el Diálogo, una vez pasada la época de Informaciones, que estaba ya la democracia, pude empezar a hacer grandes frisos en ilustraciones de artículos de Luis Carandell. Y, bueno, allí estaban Pedro Altares, Luis Carandell, Santiago Amón y una serie de personas de la redacción que era una gozada. Porque al lado de Carandell todos los días había tertulia...

Previamente ya había hecho tiras en el diario Informaciones, porque cuando yo empecé a hacer caricaturas me dije a mí mismo: “Mira, si haces una caricatura, quemas un personaje, pero si haces una tira, lo que tienes es un teatrito donde puedes sacar a tus personajes todos los días y no les quemas”.